Por ti Lucía

Hoy nos toca despedir a Lucía, una niña extraordinaria que, a pesar de su corta edad, enseñó al mundo entero lo que significa la valentía. Su camino fue largo y lleno de pruebas, y aun así nunca dejó de regalar sonrisas, de luchar con una fuerza inmensa y de iluminar a quienes tuvimos la suerte de conocerla.

Parecía que por fin la vida le devolvía la normalidad que tanto merecía, que todo lo oscuro estaba quedando atrás. Por eso su marcha repentina ha dejado un vacío imposible de medir, un silencio que pesa y un dolor que cuesta entender.

Pero entre tanta tristeza también nace una rabia profunda, una rabia que no destruye, sino que impulsa. Una rabia que nos recuerda que su lucha no fue en vano y que nos empuja a seguir, a levantar la voz, a avanzar con más fuerza que nunca. Hoy duele profundamente su ausencia, pero nos aferramos a su recuerdo, que seguirá iluminando nuestro camino.

Lucía se ha ido demasiado pronto, pero lo que deja en cada uno de nosotros es eterno: su valentía, su dulzura, su luz y su fuerza.